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Con la llegada del invierno, la mayoría de las plantas se encuentran en periodo de hibernación, por lo que no necesitan cuidados tan exhaustivos como la época de primavera o verano. Pero tenemos que estar atentos a nuestro jardín, porque al mínimo descuido, las bajas temperaturas, la lluvia, e incluso las heladas podrán causar estragos irreparables sobre el huerto urbano, pequeño cultivo o jardín.
Además, nuestra plantación puede ser atacada por plagas de insectos como el pulgón, la mosca blanca, araña. Los hongos suelen aparecer, el oídio o mildiu son los más comunes.
Para que las consecuencias y las plagas que trae esta estación no afecten de forma negativa a nuestro huerto urbano, lo primero que debemos hacer es conocer las plagas más habituales en invierno y cómo preparar nuestros cultivos para que no se vea afectado por factores externos.
Las infecciones de insectos más usuales de esta estación suelen crecen bajo tierra. Así ocurre con las larvas de chinche, pero también hay otras que se esparcen por las raíces de la planta, la cual destrozan al comerla. De igual manera, es frecuente la presencia de orugas, gusanos o larvas de mariposa que crean agujeros en las raíces de las plantas haciendo que se debiliten.
Siempre es mejor prevenir que curar. Lo mismo ocurre con las plagas en nuestras plantas. Si nos centramos en evitar las infecciones de insectos y no solo acabar con ellas cuando están presentes, nos ahorraremos ciertos daños en el huerto que pueden ser irreparables. Por eso, te dejamos algunos consejos si buscas efectividad en la prevención de las plagas y el cuidado de tu jardín urbano en invierno.
¡Prepara el terreno!
El suelo es esencial con la finalidad de que tus plantas crezcan y se mantengan sanas. Por eso, antes del invierno es el momento perfecto de labrar, abonar y desinfectar. Deberás remover la tierra de tu cultivo. Entonces asegurarás un riego óptimo y evitarás que el sustrato se encuentre muy compacto. Así favorecerás la aireación del terreno, lo que provocará un mejor enraizamiento, crecimiento y desarrollo de tus plantas.
También, es el momento para abonar el suelo. Depende de la modalidad de tu cultivo, podrás añadir fertilizantes orgánicos como el humus de lombriz u otros específicos para cada tipo de planta. Incluso se puede hacer uso de substratos que ya incluyen el abono. Aconsejamos seguir las instrucciones del fabricante al usar estos abonos, ya que si excedemos las dosis adecuadas no será beneficioso para el cultivo.
Además, es importante deshacernos de los frutos que no se recogieron y que están en proceso de descomposición porque, sino, el suelo se llenará de insectos atraídos por el alimento. Si a tu cultivo se le han caído las hojas durante el otoño, ¡Guárdalas! Son el mejor aliado para la primavera. Con las hojas recogidas podrás crear una superficie que proteja el compost. ¿Cómo lo haces? Es bastante sencillo, solo deberás almacenar en un lugar seco y cuando llegue la época de floración podrás aplicarlas sobre tu cultivo con el objetivo de que no crezcan malas hierbas y retener la humedad.
Por último, el cultivo requiere estar libre de malas hierbas. Estas suponen el sitio que necesitan los bichos perjudiciales para alojarse, por lo que, si las eliminamos, las probabilidades de tener una plaga disminuirán. A fin de acabar con las malas hierbas, muchas veces no basta con arrancarlas. Ante matojos tan resistentes podremos hacer uso de un herbicida que acabe con el problema de raíz.
¿Sabías que hay plantas que funcionan como barrera ante insectos?
Así es, hay ciertas plantas que repelen de forma natural a los gusanos, ácaros y bichos en general. Ya sea por debido a su fuerte olor o por las cualidades que poseen.
Si buscas espantar a los pulgones, la mejor opción son la madreselva, el lupino, la dedalera, manta u ortigas. Si el problema que tiene tu cultivo son las moscas blancas, te recomendamos que plantes caléndula, claveles chinos o albahaca.
Modifica el Riego según las necesidades del cultivo
Este elemento es más variable, porque depende de la temperatura y las lluvias del área en la que se encuentre tu huerto urbano o cultivo. Pero en invierno hay que reducir el riego adaptándolo a las necesidades de las plantas. ¡Consejo! Hazlo durante el mediodía porque estas son las horas de mayor temperatura a lo largo del día, lo que ayudará a que el agua que le apliques al cultivo no se congele y estropee las hojas.
Si te encuentras en zonas en las que por la noche o durante la mañana se producen heladas, deberás proteger tu cultivo para que no se dañe. Puedes hacer uso de telas o túneles de plástico, sobre todo para las matas en crecimiento. Olvídate de dejar los semilleros y macetas fuera. Si puedes meterlos dentro de tu vivienda o en algún lugar resguardado del frío como un invernadero, sería genial, porque si no estas plantas nunca crecerán debido a las bajas temperaturas.
Poda tu huerto
Al eliminar ciertas ramas y hojas, la estructura de tu planta se adaptará a las necesidades de las inclemencias del invierno. Esta poda acabará con los problemas que genera la falta de aireación, de luz, temperaturas bajas o el peso excesivo. Al podarlas se han de eliminar ramas rotas, secas, enfermas o que estén muy infectadas por hongos, insectos o algún virus sin dañar el tallo de la planta. En ocasiones necesitaremos utilizar cicatrizantes como Pastol, si los cortes son muy profundos, con el objetivo de evitar el deterioro de la planta o árbol.
Utiliza aceites insecticidas
Este tipo de productos para la eliminación de plagas son muy efectivos y además son de origen natural, por lo que no tendrá ningún tipo de consecuencia negativa o efecto secundario sobre la producción de flores, hortalizas, hierbas aromáticas… Te recomendamos la Citrolina de Sipcam que es orgánica y biodegradable.
Si sigues estos pasos, tu huerto sobrevivirá a este invierno sin ningún problema. Ahora que ya conoces los procesos básicos del cuidado de un huerto en invierno, no olvides aplicarlos y hacer seguimiento. Te animamos a que seas constante y a contarnos qué tal ha ido el invierno en tu huerto.