¿Guía de fertilizantes para huertos: ¿Cuántos existen?

En el mercado existen una infinidad de tipos de fertilizantes, a veces es tal la oferta que puede sobrepasarnos. Nos invade la duda, y es completamente normal. ¿Cuál es el mejor fertilizante para mi huerto? ¿Qué efectos tiene?, ¿es realmente efectivo para mi cultivo o mi plantación? son algunas de las cuestiones que más suele preocuparnos.

 

El fertilizante al igual que es necesario, un mal uso o una mala elección puede suponer un antes y un después, presentando contraindicaciones y no ser para nada recomendado en determinadas situaciones. Te recordamos que un mal fertilizante puede incluso quemar a la propia planta.

 

Por ese mismo motivo creemos que una información organizada en una guía de fertilizantes para huertos sobre todos ellos, o al menos de los más conocidos actualmente, puede serte útil y así tener una visión más general que evite tantos quebraderos de cabeza. Aquí te lanzamos una lista pormenorizada de todos ellos. ¡Ponte cómodo!

 

  • Fertilizantes orgánicos

 

En primer lugar te presentamos los orgánicos, uno de los tipos de fertilizante que está cogiendo bastante popularidad, basado en la fabricación a partir de elementos naturales  de origen tanto animal como vegetal y mucho más agradecida con el medioambiente. 

 

La aplicación del producto fomenta el crecimiento adecuado y sano de la planta no obstante  al mismo tiempo que son muy efectivos y menos contaminantes aporta menos nutrientes a la planta que cualquier otro. 

 

Normalmente se suele usar como recurso complementarios a los fertilizantes tradicionales, sobre todo con los minerales, aunque si prefieres hacer su uso de forma exclusiva te recomendamos hacerlo en grandes cantidades, para contrarrestar esa limitación de nutrientes.

 

Entre los tipos de fertilizantes orgánicos podemos encontrar algunos que conocerás y otros te resultarán más innovadores. Estos son: 

 

  • Compost: el abono orgánico más básico y quizás el más utilizado. Su uso se debe en gran medida a la gran facilidad que presenta su fabricación, basta con hacerse con residuos vegetales y un lugar habilitado para su fermentación (entre 3 y 5 meses). Con esto tendrás de forma fácil y muy económica tu propio compost.

 

Además, su fabricación no es solo la única ventaja que tiene. También se encuentra como una estupenda opción para que la materia orgánica logre seguir su curso por todos los procesos de su ciclo de vida, así como se consigue reutilizar recursos naturales con una gran potencialidad que de otra forma acabarían en el suelo desaprovechados.

 

Pero no sólo eso, también destacada por las beneficiosas funciones que desempeña con su aplicación, consiguiendo que la tierra mejore en altos porcentajes su nivel de productividad sin contaminarla. En este caso, otros productos de fabricación no natural tienden, con los químicos añadidos que presenta su composición, a dejar exhausto el suelo donde se utilizan.

 

  • Humus de lombriz: El humus generado por este gusano, sobre todo por la variante roja californiana, es un increíble aporte de nutrientes para el suelo donde lleves a cabo tu plantación.

 

También se presenta como otra de las opciones que más económico supone su fabricación, simplemente con disponer de lombrices y tiempo es más que suficiente. Ellas mismas se encargarán de hacer todo el trabajo. 

 

  • Cenizas de madera: Lo creas o no las cenizas de madera, tras una larga noche pegado a la lumbre, pueden desempeñar otro papel igual de importante, que es nutrir y llenar de vitalidad a tu planta. Eso sí, únicamente acometerá esta función si la disuelves en agua, esto es clave. 

 

Los beneficios que presenta su aplicación vienen dados por la generación de fósforo y potasio. Estos dos compuestos químicos se emplean tanto para la regeneración y generación de nuevas raíces como para servir de apoyo en el fortalecimiento de los tallos y crecimiento de la planta, que será rápido y estable. 

 

Además, una función igual de importante es su efectividad en la lucha contra plagas y enfermedades.

 

  • Posos de café: Otro tipo de abono orgánico que quizás desconocías que podía serlo son los posos de café. Un 2x1 que puedes aprovechar y muy bien.

 

Los restos de café que apenas nadie le da importancia esconden grandes cualidades. Entre ellas el aporte de nitrógeno a nuestros cultivos si se mezcla con la tierra. Y dirás ¿nitrógeno? Sí, es un abono orgánico al mismo tiempo que puede presentar un compuesto químico.

 

Todo tiene una explicación, y es que las semillas del café están procesadas, es normal que haya en su composición algún compuesto químico, pero en este caso la proporción es ínfima, no superando el 10%.

 

Gracias a su composición nitrogenada esto puede ayudar a empujar el crecimiento de la planta, en cualquier fase, durante su floración como incluso en la creación del posterior fruto. Importante tener en cuenta la cantidad de posos que vayamos a mezclar con la tierra, no debe superar el 20% sobre el total, puede ser perjudicial.

 

  • Cáscara de huevo: Un elemento más añadido a esta lista sería la cáscara del huevo, pero no en cualquier estado por supuesto. 

 

Deben estar debidamente trituradas y espolvoreadas alrededor de la planta para que cumpla debidamente su función que no solo es la de aportar muchos nutrientes, sino también la de mantener a raya enfermedades y plagas como la de los caracoles u orugas. 

 

  • Ramas y hojas trituradas: En este caso podemos aprovechar varias situaciones para hacernos con compost de manera muy fácil y al alcance de todos. 

 

Véase a partir de ramas caídas, esbozadas, restos de poda, hojas caídas ya sea por el temporal o por el propio árbol…etc. Bien esparcidas alrededor de la planta puede servir como gran aporte de nutrientes para la misma. 

 

  • Estiércol: El más conocido y usado por todos. Como quizás todos sabemos el estiércol proviene de residuos animales, ¡pero cuidado! Nunca debemos de hacer uso de ellos sin haber pasado previamente por un proceso de compostaje, y es más, solamente si esta materia orgánica tiene su origen en animales que no han ingerido ningún tipo de medicamento o han seguido previamente algún tratamiento que pueda contaminarlos.  

 

  • Bokashi o bocash: El bokashi es una variante del compost tradicionalmente usada entre los japoneses. 

 

Su fama se debe en gran parte a la rapidez de su elaboración, no obstante algunos de los ingredientes para hacerlo presenta una gran dificultad, hablamos concretamente de la gallinaza. 

 

  • Fertilizantes minerales

 

Ahora damos paso a la cara opuesta de la moneda, los fertilizantes minerales, o más conocidos como los inorgánicos. 

 

Lejos de tener un origen natural están fabricados a través de procesos químicos donde se mezclan diferentes componentes para adaptar cada producto a unas necesidades concretas o a un tipo de planta específica. 

 

Por esa misma razón existen una enorme lista de este tipo de fertilizantes para huertos en diferentes formatos y fórmulas, ya que la cantidad de necesidades y de especies es abrumadoramente alta, por eso también se conocen a los fertilizantes minerales como los más versátiles, capaces de adaptarse a cualquier situación. 

 

En algunos de estos abonos podemos encontrar presentes compuestos como el fósforo, nitrógeno o potasio que podrán variar en cantidad dependiendo de factores como la planta o el aspecto negativo que quieran mitigar de la misma.

 

Según su uso, podemos destacar 5 tipos de fertilizantes minerales:

 

  • Abono universal: Este es un abono de uso genérico, pues tal y como el nombre índica, puede usarse para un amplio espectro de especies vegetales para un gran número de necesidades. 

 

Su composición se encuentra muy equilibrada, de ahí que pueda desempeñar adecuadamente sus funciones en diferentes situaciones, no obstante la presencia del nitrógeno en ocasiones suele destacar por encima del resto. 

 

Su principal función es la de mantener firme y robusta la salud de la planta, así como que su crecimiento sea estable y fuerte. Lo podrás encontrar tanto en formato líquido como granulado, no obstante, si quieres que la efectividad del abono sea rápido te recomendamos mejor el soluble. 

 

  • Abono para rosales: Este abono aunque su nombre da a entender que su uso se encuentra restringido únicamente a rosales, también es efectivo en plantas arbustivas con flor como el hibiscus o el jazmín. 

 

Como es de esperar esta clase de abonos está especialmente pensada para garantizar el crecimiento y cubrir todas las necesidades que presentan este tipo de plantas.

 

En su composición se incluye tanto nitrógeno, como potasio y magnesio. El nitrógeno se encargaría de mantener fuerte su crecimiento, el potasio se centraría más en su color, presencia y resistencia frente a plagas o enfermedades y por último el magnesio estaría más enfocado en potenciar la captación de nutrientes vía fotosíntesis. 

  • Abono para plantas verdes: El principal objetivo de este tipo de abonos es el de tratar el color verde que tanto caracteriza a este tipo de plantas, de ahí también su nombre. 

 

Para que así sea, en su composición es vital la presencia de dos elementos: el potasio y el hierro. Este último es el más importante, pues es el encargado del reverdecimiento o de mantener ese verde de estas plantas, sin él es imposible cumplir la función.

 

También destaca la presencia de humus, ya que además de lo ya mencionado, también se busca aumentar la fertilidad de su suelo, y con él esto está más que garantizado. 

  • Abono para cítricos: En este caso hablamos de una planta frutal, lo que le distingue al resto de plantas por sus necesidades más básicas. En este caso la necesidad principal es la de conservar el fruto y favorecer su buen crecimiento.

 

Y es que la creación del fruto es el proceso más exigente y que más desgaste genera en las plantas, por lo que apoyarlas en esta dirección es vital. 

 

Si queremos no solo enfocarnos en el apartado más estético de la planta, sino también en el aspecto más importante, como lo son sus frutos, es inevitable que no solo se encuentre presente el nitrógeno, sino también el potasio, y es más, ambos en grandes cantidades.

 

Es por ello que el abono para cítricos está totalmente preparado para hacer frente a situaciones de este estilo, donde se prime por encima de todo al fruto.

  • Abono para hortensias: También válido para plantas de sombra. Las diferentes necesidades que puede llegar a presentar son varias, pero sin duda la más importante y la que hay que seguir de cerca es sobre todo la acidez de su suelo. 

 

Esta familia requiere de un suelo bastante ácido y su ausencia puede repercutir en su floración e incluso su propia vida. 

 

En su composición se encuentra en grandes cantidades el nitrógeno y el potasio, este último sumamente importante para la estabilidad de la planta frente a enfermedades y plagas.


Además de estos 5 tipos que te presentamos en esta guía de fertilizantes para huertos, existen muchos más, adaptados a familias y subfamilias, por tanto mucho más específicos, pero no los más utilizados. Todos los expuestos son los tipos más demandados o más comunes dentro de cada tipo. Si quieres saber más ya sabes donde encontrarnos ¿A qué esperas?

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