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Lo que a priori puede parecer sencillo como empezar tu huerta desde cero, esto es algo que no se debería tomar tan a la ligera. Pues un huerto requiere de cuidados específicos, pero sobre todo dedicación.
En este post te daremos las principales pautas a seguir y pequeños detalles que suelen pasarse por alto. Sobre todo si eres principiante, siguiendo estas recomendaciones, te aseguraremos cómo empezar un huerto en casa con buen pie.
Te aseguramos que este mundo te resultará apasionante, y si no dínoslo a nosotros: después de 40 años dedicándonos en cuerpo y alma al cuidado de cultivos, ¡seguimos con la misma ilusión que el primer día!
Selecciona flores que atraigan a polinizadores a tu huerto en casa
Como sabrás la polinización es un proceso muy importante para la formación del fruto, si esta no se lleva a cabo es irremediable la pérdida del cultivo, por ese motivo es importante que nos aseguremos que esto se produzca en tiempo y forma.
Existen plantas que se autopolinizan, pero hay muchas otras que no, necesitando de agentes polinizadores externos para transportar el polen de una planta a otra. Si es tu caso y en tu selección previa se encuentran plantas que no se autopolinizan, a la vez que quedan olvidadas aquellas que sí lo hacen te advertimos de que esto es un gran error.
En esta situación deberías replantearte dicha lista e incluir esta última. Atraerás así a multitud de insectos a tu huerto en casa, como avispas, abejas, escarabajos o mariposas que cumplen esta función, para que todas ellas, tanto las que pueden autopolinizarse como las que no sigan su curso sin ningún tipo de impedimento.
La menta, la lavanda, o hierbas como el eneldo, orégano o el tomillo serían una opción con los que facilitarás el camino a estos insectos polinizadores.
Plantar sin control no es todo lo bueno que crees
En ocasiones, sobre todo si somos principiantes, tendemos a plantar con bastante descontrol, primando en exceso a determinadas variantes, dejando de lado otras e incluso no respetando los márgenes entre una planta y otra. La organización y la planificación, como en todo, es imprescindible para que no haya imprevistos y sustos de última hora.
Es muy importante tener en cuenta el rendimiento de cada planta y saber que cantidades puede manejar cada variante. Por ejemplo, el calabacín o los tomates cherry son hortalizas que pueden llegar a producir bastantes unidades por planta, más de las que podrían producir otras, y sobre todo más de las esperadas.
En ambos casos, con una o dos de cada una de ellas será más que suficiente para saciar nuestras ganas de consumirlas, si abusas y decides plantar más corres el riesgo de tener que desperdiciar la mitad de la cosecha y esto es algo por lo que nadie está dispuesto a pasar.
Además, llevar a cabo una plantación donde la distancia entre una planta y otra sea ínfima es otro error que no puedes permitirte. Todos necesitamos nuestro espacio y que alguien lo invada es algo que a nadie le hace gracia, ¿estamos en lo cierto? Pues con las plantas, ¡pasa lo mismo!
Que no haya distancia entre cultivos, lo único que puede ocurrir es que se propaguen enfermedades con más facilidad, se reduzca en gran medida la cosecha o incluso reine la envidia, dispuestas a robarse entre ellas el pan de cada día: véase el agua, o los nutrientes.
La distancia exacta de separación dependerá del tipo de planta, este aspecto suele aparecer en la parte trasera del producto. Asegúrate de revisarlo, ¡notarás la diferencia!
No coloques toda una fila de la misma planta
Es bastante común que cuando vamos a empezar un huerto desde cero pensemos en sembrar filas con la misma planta, y sinceramente, no creemos que sea lo mejor. Esta práctica es conocida como monocultivo, y consiste en llevar a cabo una plantación del mismo tipo de planta.
Desaconsejamos esta opción porque sobre todo, si amplíasla variedad de cultivos en tu huerta, o lo que es lo mismo, recurrir al policultivo, además de que pueden surgir simbiosis entre cada una de las plantas, ante una plaga que afecte a una especie en concreto, podrás evitar que arrase con toda la cosecha.
El policultivo es bueno, pero con conocimiento
Como te comentamos, el policultivo es una muy buena opción, pero si no tenemos en cuenta las necesidades de cada especie esto puede jugar en nuestra contra, entre ellas pobrablemente se perjudiquen.
Por ejemplo, cuando conviven especies como la berenjena y el patatal del año anterior en el mismo espacio, las plagas que atacan a las patatas pueden llegar a perjudicar también a la berenjena, en este caso, los escarabajos de la patata pueden depositar larvas de coleópteros que en un futuro acechen al resto de berenjenas.
Otro caso también sería la especie que viene después de un cultivo exigente como la plantación de tomates. Ante esta situación, lo mejor será recurrir a las leguminosas, ellas se encargarán de revitalizar la tierra exhausta para futuras cosechas, a poder ser, de verduras de hoja.
La pulverización foliar: la gran olvidada
Otro aspecto que se pasa por alto es la pulverización foliar. Esta técnica consiste en la aplicación del fertilizante a la planta a través de la pulverización. Se suele recurrir a esta práctica como método alternativo a la aplicación tradicional: vía raíz, pero la tendencia más reciente, y la más conveniente, es utilizarlo de forma complementaria.
Ten en cuenta que el suministro de fertilizante a través de la raíz puede verse bloqueada bien por el riego o por la altas temperaturas, de esta forma, mediante la pulverización foliar te asegurarás de que el aporte de nutrientes llegue a la planta.
¡Ojo a la profundidad a la que siembras, la cantidad de fertilizante y riego!
La escasez y la abundancia son perjudiciales por igual, ten cuidado también con esto cuando empiezas un huerto en casa. Suele estar mucho peor visto la escasez que la abundancia, pensando que cuanto más mejor, y esta reflexión debe pasar a mejor vida.
La profundidad: lo más común es abusar en los cm de profundidad a la que se que se siembra. Esto lo que hace es que la semilla no tenga la suficiente fuerza para germinar y llegar a la superficie.
Lo mejor es que se haga a una distancia muy cercana a la superficie y cubrirla con un poco de sustrato, el suficiente como para que no se vean las semillas.
Fertilizante: Lo mismo ocurre con el fertilizante, abusar puede incluso llegar a quemar a la planta.
Solemos administrar demasiado fertilizante a la planta de forma consciente pero en muchas otras ocasiones se hace de forma inconsciente, y esto suele ocurrir mucho a la hora de aplicar el sustrato.
Muchos de los sustratos actuales suelen incluir consigo nutrientes o incluso abonos de liberación controlada, es decir, poco a poco van liberándose pequeñas dosis de abono, lo que puede llegar a mantener a la planta bien atendida incluso meses.
Si no tenemos en cuenta este aspecto y aplicamos abono adicional al que, sin saberlo, ya tiene la planta por el sustrato, puede llegar a ser incluso letal para el cultivo.
Por eso es muy importante conocer bien el producto, las cantidades, su composición...etc. También es importante conocer a la planta y saber en qué momentos de su vida es conveniente administrarle abono y en cuáles no.
Riego: Sobre todo los principiantes, cuando van a empezar un huerto desde cero, suelen regar en exceso y dependiendo de la planta puede ser bueno o malo. Por eso en este caso, también es importante conocer sus necesidades.
Lo más recomendable, sobre todo en los primeros riegos, es que seamos bastante cautos y así ir viendo poco a poco las necesidades hídricas de la planta.
¿Cómo de expuesto a la luz se encuentra tu huerto en casa?
¡Y nunca te olvides de la luz! Si pensamos en cómo empezar un huerto en casa, este factor es primordial. Está claro que dependiendo de la ubicación de tu huerto este podrá disponer de más o menos luz, también hay plantas que en función de qué tipo sean requieren de mayor o menor exposición al sol.
Por este motivo insistimos en que antes de ponernos manos a la obra dediquemos cierto tiempo en el estudio de nuestra parcela para saber cómo empezar un huerto en casa de la mejor manera. Dependiendo de las horas de luz que tenga será mucho más óptimo llevar a cabo una plantación u otra.
Si la incidencia de luz es alta, rondando entre las 8-6h, no habrá ningún problema en la plantación de ningún cultivo debido a la exposición solar, véase tomates, lechugas, berenjenas…etc. Por otras cuestiones que hemos comentado con anterioridad quizás sí que haya alguna que otra restricción: revisa también esto.
Aquí tu huerto no presentará impedimentos algunos, pudiendo acceder a cultivos tan comunes como los pepinos, sandías, tomates, calabazas, patatas…etc.
Si la incidencia de luz es menor de las 6h la variedad de plantas disponibles se ve reducida, y aquí tendrás que replantear tu selección a variedades que no necesiten tanta luz. Con una exposición entre 4-6h, la verdura y hortalizas, véase como la cebolla, el rábano, la zanahoria, el brócoli, los nabos, la col rizada o la coliflor entre muchos otros, serán los cultivos a los que tu huerto podrá tener acceso.
Y situándonos en el peor de los escenarios, donde la incidencia de luz es menor a las 4 horas marcadas en la anterior franja, entre 2h y 4h, tu parcela únicamente podrá plantar verduras de hoja verde, como las lechugas, espinacas, perejil…etc.