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Hoy día 9 de septiembre celebramos el día de la agricultura, un activo importantísimo, siendo una de las principales aportaciones de nutrientes a nuestra economía.
Y a día de hoy, haciendo balance, ¿en qué punto estamos?, ¿Cuál es nuestra situación? En los últimos años se han sucedido avances en materia agrícola impensables tiempo atrás, que han determinado una hoja de ruta imparable.
En este último año se han producido cambios que marcarán tendencia en adelante y que sin duda marcarán un antes y un después, ¿te las enumeramos algunas?
Agricultura regenerativa
La agricultura regenerativa surge como resultado de la sobreexplotación del terreno, donde el suelo es el más damnificado.
Prácticas como la deforestación, el sobrepastoreo y la agricultura intensiva suelen ser los ejemplos más habituales que provocan esta sobreexplotación, siendo una parte más, responsables del cambio climático.
Esto se debe principalmente al continuo aumento del consumo, llegando a alcanzar picos inimaginables. Las empresas buscan satisfacer la demanda rentabilizando al máximo la producción. Para ello recurren además a los químicos para hacer lo que la naturaleza no es capaz de hacer en el tiempo y forma que se espera, y ¿a quién dañan siempre estas prácticas? Como venimos comentando, al suelo.
Y es que si no velamos por la salud del suelo, que es el medio por el cual extraemos nuestra fuente de alimentación, ¿quién lo va a hacer?
A través de la agricultura regenerativa lo que se pretende es una utilización del suelo respetando sus propiedades y sus tiempos, manteniendo y favoreciendo la biodiversidad del entorno. Porque la salud del suelo va directamente ligada a la salud del planeta.
Leyendo todo esto quizás puedas llegar a pensar que esta estrategia es una vuelta al pasado, y no estás del todo equivocado, pero vamos más allá, es vuelta al paso pero con herramientas y el conocimiento del futuro, que es mucho mejor.
Agricultura vertical
¿Qué es la agricultura vertical? Te preguntarás. Es una nueva forma de llevar a cabo las plantaciones a través de plataformas integradas o bandejas apiladas ambas, como su propio nombre indica, de forma vertical. Siguiendo esta práctica agrícola aprovechas mucho mejor el espacio mejorando la productividad evitando la explotación desmedida del terreno.
Además también ofrece muchas otras ventajas que el medio ambiente te agradecerá eternamente. Entre ellas está la reducción de las emisiones de gases contaminantes, el consumo eficiente de agua y la ausencia de productos químicos.
Reducción gases contaminantes: En las granjas de cultivos verticales no hay presencia de suelo, por lo que los fertilizantes de composición nitrogenada no se usan, por lo tanto, todos esos gases que surgen a raíz de su utilización dejan de emitirse y por lo tanto de actuar en contra del entorno.
Aprovechamiento hídrico: Como decimos, el consumo de agua se ve muy reducido principalmente por el factor suelo. En lo que se considera la agricultura tradicional el agua que se disponía sobre el cultivo o se evaporaba o se dispersaba sobre el terreno, lo que reducía la cantidad de agua que la propia planta era capaz de aprovechar.
Gracias a la agricultura vertical el agua no solo se aprovecha correctamente, sino que se reutiliza constantemente, lo que reduce su consumo en hasta el 95% si lo comparamos con la forma tradicional, ¡que se dice pronto!
Conservación del terreno: Para que entiendas mejor la sobreexplotación del suelo, solamente te diremos que a día de hoy cada año se pierden más de 24 toneladas de suelo fértil. Esto ayuda en gran medida a la desertificación lo que produce como consecuencia a la erosión, la pérdida de salinidad y de nutrientes del suelo.
Partiendo de la base de que la agricultura vertical, además de aprovechar mucho mejor el espacio, no hace uso de ningún tipo de suelo, te puedes imaginar de las dimensiones y los efectos tan positivos de esta práctica.
Yendo más lejos, la agricultura vertical puede hacer frente a una problemática muy extendida, como es la pobreza alimentaria. Este problema suele darse en territorios donde no existen apenas medios como consecuencias de desastres naturales, donde el suelo se encuentra impracticable y apenas hay recursos para la obtención de agua.
Gracias a este tipo de granjas, donde el consumo de agua se reduce en un 90%, en un 95% el espacio a utilizar para la plantación y en 100% la utilización de herbicidas y pesticidas, es cada vez más posible que este tipo de territorios sean capaces de acceder a alimentos.
Agricultura Digital y Big Data
La agricultura digital se basa en la recopilación y el análisis de grandes cantidades de datos agrícolas para tomar decisiones más informadas.
Los agricultores utilizan tecnologías como drones, satélites y sensores remotos para monitorear sus campos y recopilar información detallada sobre el crecimiento de los cultivos, las condiciones del suelo y el clima.
El análisis de big data ayuda a predecir rendimientos, optimizar la gestión de recursos y reducir los riesgos asociados con la agricultura. La agricultura digital es el presente pero también es el futuro.
Agricultura de Precisión
La agricultura de precisión es una tendencia que utiliza tecnologías avanzadas, como sistemas de información geográfica (SIG), GPS y sensores, para optimizar la gestión de los cultivos.
Esta técnica permite a los agricultores tomar decisiones más precisas sobre la siembra, el riego, la fertilización y el control de plagas. Al recopilar datos detallados sobre el suelo y las condiciones climáticas, los agricultores pueden sacar el máximo provecho a sus cultivos, mientras minimizan el uso de recursos como agua y fertilizantes.
La agricultura de precisión no solo aumenta la eficiencia, sino que también reduce el impacto ambiental de la agricultura. Esto último también lo hace la agricultura ecol
Agricultura ecológica
La agricultura ecológica ha experimentado un aumento constante en la demanda en las últimas décadas debido a la creciente conciencia de los consumidores sobre la salud y el medio ambiente.
Esta tendencia implica el uso de prácticas agrícolas sostenibles, pues con la agricultura ecológica se elimina los pesticidas y fertilizantes químicos sintéticos de la ecuación, así como promocionan la biodiversidad. Aquí los agricultores orgánicos trabajan en armonía con la naturaleza, lo que beneficia a los suelos, a la calidad de los alimentos y al bienestar de los ecosistemas cercanos.