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¿Has escuchado hablar de las feromonas agrícolas? Si tienes un huerto urbano y pretendes que tenga el menor impacto negativo en el medioambiente o convertirlo en un cultivo de interior ecológico con seguridad, sí.
Hoy en día existen muchas dudas sobre este tema debido al reciente auge de la técnica. Por eso, si te interesa conocer qué son y cómo funcionan te lo explicamos.
Para entender este sistema, lo esencial es saber qué son las feromonas. Estas sustancias son compuestos químicos aromáticos que producen los animales con intención de atraer o repeler a otros de su misma especie. Las feromonas tienen diferentes fines como la reproducción, la comunicación e incluso la alerta de un peligro. Pero existen varios tipos de feromonas.
Las principales son las sexuales, que son aquellas que liberan las hembras a fin de atraer al macho y reproducirse o las que este produce con intención de incentivar el apareamiento. También encontramos las feromonas de agregación cuya función consiste en atraer a los individuos y formar colonias. Otras de estas sustancias son las de coordinación que interfieren en la comunicación de los insectos frente a enemigos naturales.
¿Para qué sirven en nuestro huerto urbano?
Ya sabemos que tener plantas en casa significa atraer a gran cantidad de insectos que atacan a nuestro cultivo y lo terminan dañando e incluso se acomodan en los jardines. Con el propósito de evitar que las plagas acaben con las plantaciones podremos hacer uso de feromonas. Así, conseguiremos reducir el consumo de pesticidas hasta sustituirlo por completo. Lo que significará que nos estamos acercando cada vez más a un cultivo 100% ecológico.
¿Cómo se comportan?
Las feromonas agrícolas tiene varias formas de actuar. Pero en su generalidad consisten en la aplicación de estas sustancias para que afecten a los comportamientos de las plagas que residen en nuestras plantas.
Las feromonas en las plantaciones tienen varias funciones:
- Monitorizar : Esta técnica se basa en aplicar estas sustancias en nuestro cultivo y junto a ellas una trampa con el fin de que los bichos queden atrapados. Así, se puede conocer la cantidad y la especie de los animales que están atacando al cultivo y evaluar cuales son los mejores métodos antiplagas, las feromonas correctas y extinguir la ocupación.
- Confundir sexualmente a los insectos: El sistema de confusión consiste en aplicar una gran cantidad de feromonas sexuales a las plantas que saturan el ambiente para confundir a los insectos. Las feromonas en este caso al afectar de forma directa a la conducta de apareamiento ocultando el reclamo natural. Así evitaremos la reproducción de la plaga, su propagación y la existencia de nuevas generaciones.
- Atrapar: El trampeo consiste en capturar a la mayor cantidad de intrusos en trampas al atraerlos a una alternativa que se sitúe cerca del cultivo. Así los insectos que se dirigen a la planta quedarán capturados, adheridos o ahogados. El correcto funcionamiento del método se dará si estas trampas se colocan en épocas previas al apareamiento impidiendo que la infección se agrave con la reproducción de los individuos.
Beneficios para las plantas
El uso de feromonas contra las plagas está resultando exitoso ya que es una práctica óptima en el cultivo ecológico. Esto se debe a que son biodegradables y no generan residuos contaminantes lo que reduce el impacto negativo sobre el medio ambiente. Además, cuentan con un gran alcance y no producen ningún tipo de daño en la salud de las personas y mascotas. Sólo afectan a un grupo de insectos a los que van dirigidas por lo que protegeremos al medio dejando vivir a otras especies que resultan beneficiosas a las plantas y al planeta.
¿Cómo se utilizan?
El primer paso para hacer un uso correcto de las feromonas es conocer cuál es la plaga que está atacando a nuestras plantas, por lo que el monitoreo es esencial. Tras saber cuál es la especie y densidad debemos informarnos sobre el componente y la cantidad indicada con el fin de acabar con esa clase de plaga.
Las feromonas se venden casi listas para su aplicación. Su preparación es sencilla. Consiste en impregnar unos soportes de caucho o polímeros plásticos y colocarlos en las plantas que queremos proteger. Las trampas también vienen preparadas, lo único que hay que hacer es disponerlas a la misma altura de nuestros cultivos o bien en las zonas bajas de árboles y plantas cercanas.
Hay que tener en cuenta que el uso de este tipo de antiplagas sólo puede llevarse a cabo cuando el cultivo se encuentra afectado. Es decir, no tiene efectos preventivos. Es una actuación más lenta, lo que supone un riesgo para el sembrado.
Estas técnicas antiplagas se utilizan en diferentes tipos de cultivos como los hortícolas, cítricos y frutales. El objetivo es protegerlos y poder obtener sus frutos sanos. También se usan en explotaciones forestales y ornamentales, siempre atendiendo a las necesidades del cultivo.
¿Conocías los usos agrarios de las feromonas animales?¿Alguna vez te has planteado el uso de estos componentes en tu cultivo contra las plagas?